Una crisis epiléptica es un trastorno convulsivo que se produce debido a la actividad anormal de las células más importantes que forman el cerebro: las neuronas.
Sin embargo, no todas las epilepsias y crisis epilépticas son iguales.
Algunas crisis se pueden producir de forma repentina, otras de forma paulatina. Algunas duran sólo segundos, mientras otras se pueden sufrir durante varios minutos, con graves consecuencias para el afectado
Hay dos tipos de crisis epilépticas principales: las crisis generalizadas y las crisis focales.
¿Qué diferencia a cada tipo de crisis epiléptica?
El que se produzca una crisis epiléptica u otra va a depender del grupo de neuronas que se activen.
- Crisis generalizadas: Hay una activación conjunta de todas las neuronas del cerebro. También hay ocasiones en que la descarga puede iniciarse en una zona del cerebro y posteriormente extenderse a toda la superficie cerebral.
- Crisis focales: Son más frecuentes que las generalizadas. Se producen descargas anómalas en las neuronas de una zona limitada de la superficie cerebral
Tipos de crisis epilépticas generalizadas
- Crisis generalizada tónico-clónica: Se produce una pérdida brusca de conocimiento y la persona presenta rigidez en todo el cuerpo (fase tónica). A continuación, se producen movimientos convulsivos rítmicos en todas las extremidades (fase clónica). Durante estas crisis la persona puede sufrir mordedura de la lengua, expulsar orina e incluso sufrir alguna otra lesión.
- Crisis generalizada de ausencia: Se producen una pérdida de contacto con el entorno y la persona permanece inmóvil, absorta y con la mirada fija. A veces también hay algún movimiento ocular, parpadeos, etc. Suelen ser cortas, de apenas segundos y con una recuperación rápida. De hecho, a veces pasan desapercibidas de lo rápidas que son. Suele iniciarse en la niñez o la adolescencia y tienden a repetirse con frecuencia, provocando problemas de atención y dificultad en el aprendizaje.
- Crisis generalizada mioclónica: Sacudidas breves de una parte o de todo el cuerpo. También son breves, de escasos segundos de duración. Las personas que sufren estas crisis también pueden sufrir otras crisis generalizadas como las de ausencia o las tónico-clónicas.
- Crisis generalizada atónica: Se produce una pérdida brusca del tono muscular de todo el cuerpo o parte de él durante unos segundos. Esto puede provocar caídas bruscas o pérdida de fuerza de alguna extremidad durante escasos segundos. Puede provocar lesiones o fracturas debido a las caídas. Normalmente, este tipo de crisis suelen ir acompañadas de otros tipos de crisis epilépticas.
Tipos de crisis epilépticas focales
- Crisis focales sin alteración de la conciencia: Se manifiestan de forma diferente en función del área cerebral afectada:
- Motoras: Movimientos involuntarios, posturas anómalas o parálisis de una parte del cuerpo.
- Sensitivas: Alteración de la sensibilidad (ejemplo: hormigueo), sensación de calor o frío, olores intensos, alteraciones visuales o dolor que afecta a una parte del cuerpo.
- Autonómicas: Cambios de temperatura, sudoración, salivación excesiva o piloerección (“piel de gallina”).
- Cognitivas: Se pueden manifestar en forma de dificultad para expresarse o comprender, vivencias de recuerdos, sensación de deja-vu o sensación de pensamiento impuesto o repetitivo.
- Emocionales: Emociones intensas y sin relación a la situación que se está viviendo. A veces es posible que varios de los síntomas ya descritos se mezclen y aparezcan de forma simultánea, ya que la actividad eléctrica anómala del cerebro suele ir activando distintas áreas cerebrales.
- Crisis focales con alteración de la conciencia: La persona pierde el conocimiento y la conexión con el entorno, quedando absorta y sin respuesta a estímulos externos. Suele estar asociado con movimientos automáticos de las manos o la boca y con una conducta extraña e inapropiada (comportamientos o palabras fuera de contexto). Pueden durar varios minutos y la recuperación suele ser progresiva.
- Crisis focales con progresión a tónico-clónica bilateral: Sucede cuando una crisis epiléptica se extiende desde el foco epiléptico a toda la superficie cerebral. Es importante conocer cómo y en qué zona del cerebro se origina para poder identificarla y atajar el problema lo antes posible, además de realizar un diagnóstico adecuado.
Si necesitas ayuda para gestionar problemas con tus crisis epilépticas o las de algún ser querido, no dudes en contactar con nosotros.