Como sabemos, la epilepsia es un trastorno neurológico donde la actividad cerebral se vuelve anormal y provoca convulsiones y comportamientos inusuales y, a veces hasta pérdida de conciencia.
Se trata de un trastorno que no distingue de género, de raza ni de edad.
Las personas afectadas sufren una serie de movimientos corporales incontrolables de forma imprevista. A esto se le denomina “ataque epiléptico”.
Algunas de las personas que han sufrido una convulsión nunca han vuelto a recaer, por lo tanto, no necesitan tratamiento. En cambio, si estas dificultades sucedieran varias veces si que podríamos necesitar algún medicamento anticonvulsivo diario, para lograr evitar y controlar una mayor crisis en el futuro.
Causas de la epilepsia
- En determinados casos, la enfermedad puede venir por factores hereditarios. Aunque esto solo está demostrado en algunos casos como son en el caso de la esclerosis tuberosa, la neuro-fibromatosis y la lipidosis.
Lo que sí que se podría heredar es el umbral convulsivo más o menos alto de cada persona, aunque sigue siendo un factor genético muy limitado.
- Algún error o malformación del desarrollo podría ser la causa de este trastorno. Como por ejemplo algún problema sufrido por hijos de madres que han estado expuestas a infecciones, radiaciones o productos tóxicos durante el embarazo.
- La escasa aportación de oxígeno al cerebro sufrido en el parto o en la niñez. Esto, en edades adultas puede provocar ciertas crisis epilépticas.
- Traumatismos craneoencefálicos.
- El alcohol.
- Los elementos tóxicos.
- Tumores cerebrales o enfermedades infecciosas.
¿Cómo debemos actuar frente a una crisis?
Lo primero sería tratar de poner a la persona en el suelo, ya que puede llegar a caerse el sólo si no lo hacemos.
Sería ideal llevar siempre algún tipo de tratamiento o medicación que el afectado tome, para que inmediatamente en el momento de la crisis introducirle una pastilla. Durante el ataque NO debemos hacerlo, porque dicha persona ya habrá perdido la coordinación de su aparato digestivo.
Debemos tener cuidado a la hora de las convulsiones, ya que la persona que sufre el ataque no es consciente de su fuerza y puede dañarnos sin querer. Además, debemos proteger su cabezadel suelo con una pieza de ropa o un cojín, para que evite golpearse.
No se debe mover al convulsionado. Debemos esperar a que pase. Lo normal sería que estas crisis durasen de 30 segundos a 2 minutos. Si vemos que duran más de 5 minutos debemos llamar a urgencias de inmediato.
Debemos actuar con paciencia. La persona que lo sufre no recordará nada y estará desorientado cuando estos malos tragos pasen. Debemos acompañarlo a casa si fuera necesario y apoyarlo.
Factores que pueden desencadenar una crisis epiléptica
Aunque la mayoría de los ataques epilépticos no son provocados por ningún factor, sí que existen algunos que pueden llegar a favorecer una crisis en personas que padecen epilepsia:
- No tomar el tratamiento recomendado es perjudicial para estas personas. Ya que, este tipo de medicamento les ayuda a que las convulsiones se aminoren o sean más controladas.
- La falta de sueño. Las crisis son habituales después de una noche sin dormir o de un tiempo largo sin dormir de manera óptima. Lo ideal sería dormir entre 7 y 10 horas, dependiendo de la edad de cada persona.
- Las bebidas alcohólicas ayudan a la excitación de las neuronas, lo que hace que sea más fácil sufrir convulsiones. Además, este factor va relacionado con el anterior ya que, el alcohol hace que nos altere el patrón de sueño. Asimismo, como todos sabemos, es perjudicial para nuestra salud combinar alcohol y medicación.
- La fiebre ayuda a desencadenar convulsiones, más frecuentemente en la población infantil y en ancianos. Debemos intentar reducirla lo antes posible.
- Las drogas porque son estimulantes y nos alteran.
- Destellos luminosos: las luces de las fiestas, discoteca o incluso las pantallas de televisión y ordenadores afectan a personas con epilepsia fotosensible.
- El estrés.
¿Cómo debemos actuar frente a una crisis?
Lo primero sería tratar de poner a la persona en el suelo, ya que puede llegar a caerse el sólo si no lo hacemos.
Sería ideal llevar siempre algún tipo de tratamiento o medicación que el afectado tome, para que inmediatamente en el momento de la crisis introducirle una pastilla. Durante el ataque NO debemos hacerlo, porque dicha persona ya habrá perdido la coordinación de su aparato digestivo.
Debemos tener cuidado a la hora de las convulsiones, ya que la persona que sufre el ataque no es consciente de su fuerza y puede dañarnos sin querer. Además, debemos proteger su cabezadel suelo con una pieza de ropa o un cojín, para que evite golpearse.
No se debe mover al convulsionado. Debemos esperar a que pase. Lo normal sería que estas crisis durasen de 30 segundos a 2 minutos. Si vemos que duran más de 5 minutos debemos llamar a urgencias de inmediato.
Debemos actuar con paciencia. La persona que lo sufre no recordará nada y estará desorientado cuando estos malos tragos pasen. Debemos acompañarlo a casa si fuera necesario y apoyarlo.