No es fácil lidiar con la epilepsia. El diagnóstico de epilepsia sigue provocando aún en algunos casos rechazo y dificultades en muchos ámbitos, y a pesar de que los pacientes puedan llevar un estilo de vida normal y lograr una inserción laboral y social satisfactoria, desde fuera, nunca sabemos cuando esos momentos angustiosos pueden llegar. Nos referimos, claro está, a los ataques y a las crisis epilépticas.
Las personas con epilepsia activa tienen mayor riesgo de sufrir accidentes caseros o de sufrir caídas que le provoquen traumatismos craneales o faciales.
Es por esto, que una de las causas que provoca esta inestabilidad y ansiedad, es lo impredecibles que son estas crisis. Si hubiera una forma de saber cuándo van a ocurrir las crisis, la mayoría de los pacientes tendrían más libertad y confianza en sus actividades diarias. Además, se podrían adoptar medidas para que fueran menos intensas o peligrosas.
Afortunadamente, hay algunos campos y ejemplos en los que se está explorando en la actualidad para predecir las crisis epilépticas:
Electrocadiograma (EEG)
Se colocan electrodos sobre la superficie cerebral para medir constantemente la actividad eléctrica y detectar los cambios que preceden a una crisis que son diferentes en cada paciente y pueden variar de crisis a crisis. Por este motivo, hay que realizar cálculos muy complejos para predecir las crisis con exactitud y evitar que se escapen crisis sin detectar, o por el contrario, que se produzcan falsas alarmas con frecuencia.
Frecuencia cardiaca
Algunos pacientes tienen cambios en la frecuencia cardiaca antes y durante las crisis. Estos cambios pueden ayudar a predecir que una crisis va a ocurrir. Sin embargo, hay que ser precisos para no confundir esto con otras situaciones que también se asocian a cambios en la frecuencia cardiaca como la ansiedad.
Dispositivos electrónicos personales
Se están intentando desarrollar aplicaciones, wearables de todo tipo, que pueden ayudar a predecir las crisis analizando cambios en la frecuencia cardiaca y en el patrón de movimiento de distintas partes del cuerpo.
Tanto en el resto del mundo, como en España, se han realizado multitud de proyectos que cuentan con innovadoras tecnologías para predecir las crisis epilépticas:
Predicción basada en algortimos
Un equipo de profesores e investigadores de ingeniería informática y de sistemas de la Universidad CEU-UCH de Valencia desarrollaron un algoritmo matemático para la predicción de crisis epilépticas.
Este algoritmo permite reunir los datos necesarios para predecir las crisis epilépticas con 20 minutos de antelación y alertar al paciente para que tome la correspondiente medicación o pida ayuda.
Esta alerta, a través de la monitorización mediante un dispositivo móvil o reloj, permite al paciente evitar actividades de riesgo en esos momentos previos a una crisis.
MJN-seras: el auricular predictivo
La start-up catalana MJN-neuro ha diseñado un auricular que permite predecir las crisis epilépticas entre 1 y 3 minutos antes de que pasen. Este producto registra la actividad eléctrica del cerebro en tiempo real a través del canal auditivo y esta información pasa por unos algoritmos de inteligencia artificial personalizados que determinan el riesgo de crisis epiléptica. Cuando es elevado, el auricular que está conectado mediante una app al teléfono del paciente, envía una señal de aviso tanto a él como a sus contactos de confianza.
El producto está especialmente indicado para pacientes con epilepsia refractaria, que son aquellos en los que el tratamiento farmacológico no controla la totalidad de las crisis, y representan el 30% del total. Estos pacientes tienen ataques de manera frecuente y, a veces, severos.
Estos son solo algunos ejemplos, de proyectos y productos reales que ya están en marcha, pero hay muchas más ideas aún en desarrollo, como la predicción basada en el control de rutinas y la dinámica de estados de redes cerebrales, un estudio que plantea no solo predecir los ataques con horas de antelación, sino también modificar esos estados cerebrales para evitar los ataques.
En el futuro, con el avance cada vez mayor de las tecnologías y la medicina, veremos aplicadas estas ideas en la realidad, y seguramente aparecerán muchas otras aún más efectivas.