Salvo que se produzca un cambio clínico significativo de las crisis epilépticas o de la toxicidad por fármaco antiepileptico, no se debe realizar retirada o sustitución del tratamiento con FAE durante el embarazo. Es fundamental la necesidad de continuar con el tratamiento.
La toma de FAE durante el embarazo es aconsejable, siempre que los beneficios sean superiores a los riesgos. Todos los FAE tienen riesgo de teratogénesis, pero hay que considerar que las crisis epilépticas durante el embarazo sobre la madre y el feto pueden ser más perjudiciales, por lo que debemos insistir en el buen cumplimiento del tratamiento.
En resumen, las recomendaciones y medidas a adoptar, antes, durante y después del embarazo son: